Después del Descubrimiento de América por Cristóbal
Colón muchos conquistadores se dirigieron a los distintos territorios del
continente americano para explorarlo y tomar posesión de él en nombre del rey
de España.
A lo largo del siglo XVI fueron sometiendo
uno a uno a los distintos pueblos aborígenes. Es así como también llegaron a
Chile.
La Conquista de nuestro país tuvo
características particulares ya que se extendió por muchos años debido a la
fuerte resistencia que opusieron los araucanos.
Es así como, de modo general, entendemos por Colonia a
la extensión imperial, social, política, religiosa y cultural que se estableció
en América durante los siglos XVII, XVIII e inicios del siglo XIX.
En Chile, la Colonia comienza tras el Desastre
de Curalaba en 1598 con el establecimiento de la frontera natural entre
españoles y araucanos en el río Bío Bío. La región ubicada al sur de dicho río
quedó en manos de los indígenas, mientras que las tierras ubicadas al norte
fueron gobernadas por los españoles comenzando así la Colonia en Chile. Otros
enclaves españoles fueron Valdivia y Chiloé.
Esta etapa, que se prolonga hasta la
revolución de la Independencia, se caracterizó por un constante cambio de
gobernadores, cuya preocupación principal fue proseguir la guerra contra los
araucanos y luchar contra los frecuentes cataclismos naturales (terremotos,
donde destaca el producido en 1647 bajo la gobernación de Martín de Mújica y
Buitrón) que sufría el país.
El Chile colonial (o simplemente
como La Colonia) es el nombre dado al período de la historia de Chile comprendido
entre los años1598 y 1810. El periodo abarca el desarrollo del Reino
de Chile, territorio bajo soberanía del Imperio Español, después del
llamado desastre de Curalaba que marcó el fin del período de la Conquista
de Chile. La época colonial terminó en 1810 con la instalación de la Primera
Junta de Gobierno de Chile, presidida por Mateo de Toro y Zambrano, dando
paso al proceso de independencia de Chile.
En este periodo se formó un gran sincretismo
racial y cultural, que se originó con la convivencia de españoles e indígenas.
Esta época se caracterizó por la creación de una organización institucional muy
compleja, el mestizaje y el sincretismo cultural que darían origen a
la sociedad chilena como tal.
Desde España el máximo soberano de
las colonias era el rey, la cabeza de una monarquía absoluta, bajo su
mando habían dos formas administrativas: el Consejo de Indias y la Casa
de Contratación. El Consejo de Indias era un organismo ubicado en Sevilla,
creado en 1524.
Su función era asesorar al rey en el nombramiento de
funcionarios destinados a América y en la creación de leyes; vigilar la
aplicación del derecho a patronato (derechos de la Iglesia Católica para el
nombramiento de autoridades eclesiásticas y definir lugares para construir
templos, monasterios, etc.) y realizar juicios de residencia (evaluación al
terminar su mandato). La Casa de Contratación fue creada el año 1503
en Sevilla. Se encargaba supervisar el monopolio comercial que España
tenía sobre Chile y sus otras colonias, además de vigilar la llegada de colonos
a América.
En América el máximo representante
del rey era el virrey, quien tenía atribuciones judiciales y
administrativas. Bajo su mandato, en su caso, estaban los gobernadores y
capitanes generales. La Capitanía General de Chile estaba dirigida por el gobernador
y capitán general, quien se mantuvo durante gran parte del periodo bajo
supervigilancia –superior gobierno del virrey del Perú, tenía
funciones gubernativas, militares y económicas. Su deber era velar por la
seguridad del territorio y ejercer el vicepatronado (ejercía el real
patronato en situaciones más cotidianas). También se encargaba de presidir
la Real Audiencia, máximo tribunal de justicia en territorio chileno,
integrado por cuatro jueces u oidores, que actuaba como órgano asesor del
gobernador, y que asimismo ejerció su cargo en caso de vacancia. Además, por la
división del territorio en provincias, había un número plural de corregidores,
que tenían similares atribuciones que el gobernador pero en un territorio más
reducido, actuando como teniente de gobernador y capitán a guerra. Y por último
estaba el cabildo, organismo que representaba y defendía los intereses de
los vecinos españoles.
En los inicios de la colonia, en el siglo XVI
la economía se basaba en la Encomienda. Este sistema consistía en que a un
encomendero se le asignaban un grupo de indígenas que trabajaban para él y
defendían el territorio de la Corona. A cambio, el encomendero les daba
protección, evangelización, vestuario y alimento. Por la progresiva disminución
de indígenas este sistema ya no era sustentable, por lo que la Hacienda,
en el siglo XVII, se transforma en la base de la economía rural.
Estos grandes terrenos, en que se realizaban
actividades agropecuarias, tenían talleres para la fabricación de los elementos
que necesitaban, por lo que la hacienda era capaz de autoabastecerse. El
hacendado, generalmente criollo, estaba a cargo de su hacienda. Él se encargaba
de contratar inquilinos y peones como mano de obra. Los primeros trabajaban en
faenas productivas y protegían los límites del territorio, a cambio, recibían
una tierra para vivir, cultivar y criar ganado. Los segundos, solían
vagabundear por los campos, buscando trabajo en las haciendas durante los
tiempos de cosecha.
No hay comentarios:
Publicar un comentario